María Elvira Rúa Barrios

María Elvira Rúa Barrios es una cocinera tradicional y guía de turismo gastronómico originaria de Sibarco, en Baranoa (Atlántico). Portadora de saberes ancestrales indígenas, creció rodeada de los aromas de la cocina familiar y de las enseñanzas de sus mayores, quienes le transmitieron el arte de transformar los frutos de la tierra en historias vivas de identidad, territorio y memoria. Desde esta raíz profunda nace Sensasit, la iniciativa que lidera y que integra cocina, cultura y naturaleza en experiencias sensoriales únicas. A través de este proyecto, María Elvira promueve el uso de insumos locales como la yuca, el guandú, el maíz y diversas plantas tradicionales, mostrando su valor nutricional, espiritual y cultural. Sus preparaciones y talleres buscan honrar los ciclos de la tierra, fortalecer la economía campesina y reivindicar la conexión sagrada entre alimento, comunidad y territorio. Como guía turística gastronómica, María Elvira diseña recorridos que conectan a visitantes con las raíces del Caribe, invitándolos a conocer no solo los sabores, sino también las historias, los rostros y los paisajes que los hacen posibles. Sus rutas culinarias son una experiencia educativa y afectiva, donde la tradición y la naturaleza dialogan para despertar todos los sentidos. El trabajo de María Elvira es, en esencia, una invitación a reconocer el territorio como una mesa compartida: un lugar donde los saberes ancestrales se mantienen vivos, donde la mujer indígena ejerce su rol como guardiana de la memoria y donde la gastronomía se convierte en un camino para nutrir cuerpo, alma y comunidad.A través de su proyecto Sensasit, impulsa experiencias donde la cocina, el territorio y la cultura se entrelazan. Su trabajo destaca el uso de insumos locales como la yuca, el guandú, el maíz y las plantas tradicionales, promoviendo una gastronomía que honra la naturaleza, fortalece la economía campesina y rescata el valor espiritual de los alimentos. Como guía turística gastronómica, María Elvira teje rutas que conectan a visitantes con las raíces del Caribe, mostrando no solo los sabores, sino también las historias, los rostros y los paisajes que los originan. Su propuesta es un viaje sensorial y educativo que reivindica el papel de la mujer indígena en la transmisión de saberes y en la defensa de los ecosistemas que sostienen la vida. Su labor es una invitación a reconocer el territorio como una mesa compartida, donde la tradición y la innovación conviven para nutrir cuerpo, alma y comunidad.